En su relato “El
milagro secreto” Borges escribe sobre un escritor de Praga, Jaromir Hladík
quien fue arrestado y ejecutado por los Nazis. Jaromir no tiene miedo de la
muerte pero tiene miedo de no concluir su drama en verso, “Los enemigos”. Por eso, ruega a dios que le dé tiempo para terminar escribiéndolo.
Entonces, dios
detuvo el tiempo. Como escribe Borges “Dios operaba para él un milagro secreto:
lo mataría el plomo alemán, en la hora determinada, pero en su mente un año
transcurriría entre la orden y la ejecución de la orden.” Y así, vemos como en la
obra funcionan dos tipos de tiempo, el tiempo humano y el tiempo divino.
Jaromir no puede moverse por eso tiene que escribir “Los enemigos” en su
cerebro. Como en todos los relatos que Borges publicó en Ficciones, la memoria es importante. Jaromir puede recordar lo que
ha escrito porque el verso del hexámetro le ayuda a memorizar.
La manera de la que Borges describe el
detenimiento del
tiempo es muy interesante visualmente. Escribe: “Una pesada gota de lluvia rozó una de las sienes de Hladík y rodó
lentamente por su mejilla; el sargento vociferó la orden final. El universo
físico se detuvo”. Después, cuando el tiempo humano empieza otra vez de
moverse es porque Hladík terminó su obra. “Dio termino a su drama:
no le faltaba ya resolver sino un solo epíteto. Lo encontró; la gota de agua
resbaló en su mejilla. Inició un grito enloquecido, movió la cara, la cuádruple
descarga lo derribó. Jaromir Hladík murió el veintinueve de marzo, a las nueve
y dos minutos de la mañana.” La descripción tan dramática parece sacada de una película—y
es verdad que Borges inspiró a muchos directores con sus palabras-- y crea una situación de empatía y ansiedad.
También se puede
observar que Jaromir está en un labirinto del tiempo, otro símbolo del mundo de
Borges. “Minucioso, inmóvil, secreto, urdió en el tiempo su alto laberinto
invisible”, escribe.
Deteniendo el
tiempo dios ayuda al escritor a lograr lo que cada escritor anhela: la inmortalidad
a través de su obra. Y Borges destaca la importancia de la palabra, de la
memoria y del tiempo. En este relato se interponen la palabra como escrita y
oral, la divinidad y el tiempo. Es una historia muy triste y dramática que
pinta con colores oscuros la crueldad de los Nazis pero también es una historia humana y tenue que presenta la
esperanza que puede ofrecer la creatividad y la divinidad.
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